Resolució Assamblea Local d'EUiA: convergim en una alternativa anticapitalista

El passat 18 d'octubre l'Assemblea Local de EUiA, reunida per debatre els documents de la pròxima Assemblea General de la nostra organització (8-9 de Novembre), va aprovar, entre altres texts, la resolució sobre la crisi econòmica que adjunto a continuació.

RESOLUCION DE LA ASAMBLEA LOCAL DE BADALONA DE EUIA

La actual crisis no es solo de carácter económico de matriz financiera e inmobiliaria con una fuerte componente especulativa sino también energética, alimentaria, moral y global. Tiene todos los visos de acabar en una recesión económica que puede derivar en una depresión global con desempleo masivo y obliga a plantearse el final de una etapa a la vez que nos emplaza, con urgencia, a construir nuevos modelos de desarrollo y sostenibilidad.

Los planes de salvamento a los grandes grupos financieros de los distintos gobiernos, incluido el español, solo significan transferir inmensas cantidades de dinero a los ricos para evitar la quiebra total del sistema financiero mundial. Si el contenido de clase de la medida resulta evidente, es mucho más dudosa su efectividad en detener la crisis como está demostrando la evolución de la misma.

Ha estallado la gigantesca burbuja de la esfera financiera de la globalización. Toda la cadena de funcionamiento del aparato financiero se ha colapsado y ello ha llevado al intervencionismo estatal de los más conspicuos gobiernos ultraliberales.

Estas intervenciones del Estado – las mayores en volumen de la historia económica - son la prueba del fracaso del sistema. Además se confirma una ley del cinismo liberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas.

Si de algo está sirviendo la crisis actual es para mostrar la inanidad del discurso (mal llamado científico) con el que se ha sustentado el neoliberalismo. La idea de que era posible y eficiente una sociedad basada en individuos egoístas sólo coordinados por el mercado, un mercado organizado, él mismo, por organizaciones mercantiles o pseudo-mercantiles, simples estructuras técnicas diseñadas para “regular el tráfico” y generar competencia. No sólo han quebrado grandes empresas, también han volado por los aires instituciones como las agencias de evaluación de riesgos, las reguladoras del mercado de valores. etc.

Ahora es evidente su ineficiencia social (a menos que se confunda eficiencia con la posibilidad de amasar riqueza para una minoría social), su incapacidad para gestionar racionalmente las necesidades humanas.

Este sistema está agónico desde hace tiempo, y como civilización es pernicioso y decadente. El único futuro que nos ofrece a todos y todas es el de mantenernos aferrados al presente sin futuro, como consumidores apegados al “consumismo” insaciable, inducido por la publicidad, y cumplidores con el pago de deudas. Producir individuos alienados y socialmente disgregados por los mercados constituye una de las fuentes del verdadero poder del capital.

Por otra parte, los efectos de la crisis sobre los trabajadores en el Estado Español no se han hecho esperar. En el mes de Septiembre el crecimiento del paro ha sido el doble del que se registró en la crisis de 1992-1993. En un año (agosto 2007-Agosto 2008) el paro ha crecido en un 36% (del 8,3 al 11,3%). La crisis de matriz financiera e inmobiliaria afecta a todos los sectores productivos como demuestran los datos de incremento del paro y de presentación de Expedientes de Regulación de Empleo. Este crecimiento alarmante del paro, además de ser grave en sí mismo, es la punta de un iceberg cuya dimensión no es posible predecir exactamente, pero que, sin duda, afectará (ya le está afectando) violentamente a la clase trabajadora.

Como siempre, la clase dominante intenta que la clase obrera pague la crisis. Trata de imponer recortes y dejar a millones sin empleo para preservar así su sistema.

Es urgente y prioritario participar activamente en las movilizaciones y en la resistencia a la lógica del capital de que sean los trabajadores quienes padezcan las peores consecuencias de la crisis. Es necesario combatir para que los recursos públicos se dediquen a atender a las personas y a las familias penalizadas por la crisis. Fomentando la creación de empleo público y subsidiando a aquellas personas que no puedan hacer frente a sus hipotecas.

Esta resistencia debe orientarse claramente a conformar una alternativa anticapitalista. En una perspectiva social y política de altas cotas de democracia, paz, respeto ecológico, derechos civiles y sociales, trabajo digno y pleno empleo, igualdad y solidaridad: una alternativa socialista para el siglo XXI.

Las cosas no cambiarán sustancialmente en el futuro si la política se limita a resolver los conflictos intercapitalistas, sean estos transnacionales, corporativos o interestatales, ocultados mediante categorías fetichistas en la forma de problemas de “crecimiento”, de “liquidez”, inversiones, etc.; quedándonos de esa manera aprisionados por el sistema.

El capitalismo como sistema no caerá por sí solo a menos que tenga en frente una alternativa de transformaciones, de cambio civilizatorio que se encarne en nuevos sujetos históricos, sociales, colectivos. Tenemos el deber de participar activa y prioritariamente en la conformación de esta alternativa. Llamamos a esta tarea a todos aquellos que estén dispuestos a movilizarse por la justicia social y una sociedad más libre.

Octubre de 2008